Hola de nuevo. No recuerdo bien qué día fue, si martes o miércoles, pero hubo un apagón a eso de las nueve de la noche en la zona donde vivo. Duró más de media hora y, tras algunos minutos, cuando comprendimos que iba para largo, comenzamos a buscar linternas por toda la casa. No estamos acostumbrados a que esto suceda y sin luz no podíamos encontrarlas. Entonces recordé que en otra época me gustaba encender velitas y poner incienso y esas cosas, y me puse a buscarlas a tientas, cuanto me topé con lo que os traigo hoy.
Y es que cuando comencé a interesarme por los mosaicos hice un fanal con elementos que encontré por casa y lo había olvidado por completo. Pues bien, aquí está.
Es un tanto burdo pero fue una de mis primeros experimentos reciclando. Para hacerlo utilicé como base una tarrina de helado de cristal (podéis hacerlo con un vaso normal, basta con que sea liso), pegamento (yo utilicé uno que al secarse se volvía transparente pero el mejor, según mi experiencia para trabajar con vidrio son los de tipo silicona), cristalitos y mortero (utilicé escayola que es lo que tenía a mano).
Los cristales pertenecían a una botella de vino y a otra de cerveza que me encargué de romper con un martillo y con mucho cuidado. Envolví las botellas con paños para que al romperlas no saltara ningún trozo. Con la cola fui pegándolos al vaso. Esto resultó más laborioso de lo que puede parecer porque la gracia está en que no quede ningún espacio entre los trocitos de cristal y la superficie del vaso donde ha sido pegado para que la escayola no se cuele, y puesto que ambas superficies, la del vaso y la de las botellas, son redondeadas costaba mucho conseguir que encajaran.
Una vez pegados y secos preparé la escayola y cubrí los huecos con ella. En realidad cubrí toda la superficie y cuanto tomó un poco de consistencia froté con cuidado un trapo húmedo sobre ella para quitar el sobrante.
He intentado hacer unas fotos con las luces apagadas para que vierais el bonito efecto que se crea pero han quedado fatal así que tendréis que echarle imaginación. Ciao, hasta la próxima semana.